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Nido o átomo. He aquí la estrella
COLECTIVA
4 de septiembre al 10 de octubre de 2015 Sede Santiago
La exposición colectiva Nido y átomo. He aquí la estrella toma su nombre de un fragmento, en forma de X, de un poema de Vicente Huidobro. Verso y dibujo, concreto y anti-narrativo, de lo micro a lo macro, con un punto infinitamente pequeño al centro.
El proyecto de los artistas Margarita Azurdia, Jorge González, Ana María Millán, Felipe Mujica, Javier Téllez y Johanna Unzueta fue considerado desde un principio como un ejercicio de investigación, de aprendizaje, incluso de adivinanza, entorno y alrededor de la llamada abstracción geométrica latinoamericana. Si bien hay una historia conocida y más o menos oficial, esta busca explorar otras vertientes, desvíos, escapar de los lugares comunes. La rigurosidad formal puede ser complementada o cuestionada con imaginería animal, movimientos corporales o proclamas políticas y fiesteras.
Esta exposición tuvo una versión anterior llamada ‘A Rehearsal’ (Un ensayo) en la galería del International Studio and Curatorial Program de Nueva York (ISCP).
Es así como de Margarita Azurdia, artista guatemalteca que trabajó entre los años sesenta y noventa, se han seleccionado una serie de imágenes de registro de obra que se complementan con su presencia en las fotografías. El diaporama entonces pasa a ser un registro tanto de la evolución y maduración de su trabajo como de su persona. Siguiendo una trayectoria similar a la de Lygia Clark la obra de Azurdia parte de lo concreto más puro y termina en una obra disuelta, de acción, participativa y terapéutica.
En contraste Jorge González, de Puerto Rico, presenta la obra más ‘puramente minimal’ de la exposición. Un palo de madera de aproximadamente 3 metros de largo ha sido quemado y con el carbón de su cáscara se ha hecho un dibujo circular en un muro de la galería. Este gesto a lo ‘compás humano’ parece muy abstracto, sin embargo es una especie de puerta de entrada a la compleja obra de Jorge en la cual combina intereses de la historia del modernismo con estudios botánicos. Entremedio de esos dos mundos convive su fascinación por ciertas manualidades tradicionales, como gestos de autosuficiencia técnica y respeto a lo natural.
Un poco más extraño resulta la inclusión de una escultura de Ana María Millán, artista colombiana radicada en Berlín. Sobre una base de acrílico rojo transparente que recuerda a cierta estética Neo-Geo de los ochenta descansa una tortuga acuática de cerámica, a tamaño real y hecha a mano por la artista. Un choque simple y absurdo entre lo animal –y específicamente lo exótico– y lo geométrico concreto, pensando en ciertas esculturas públicas.
Otro gesto sensorialista son las esculturas y un vídeo proyectado de Johanna Unzueta. Sus esculturas de cañerías de fieltro ocupan el suelo, recorriendo, levantándose. Algo así como entre líneas y animales dialogantes. El vídeo es un traspaso de una corta filmación en 8 mm, donde en él se aprecia una mujer joven, vista desde arriba, que baila una coreografía con hula hoops. El ritmo, la simpleza y la elegancia en su coreografía nos entrega un círculo en constante movimiento.
Felipe Mujica presenta una cortina naranja, ubicada frente a una ventana para aumentar al máximo la saturación del color. Esta pieza, al borde de ser nada, ubica la pintura abstracta, geométrica y la historia del monocromo en el límite de lo doméstico, es color en el espacio y a la vez una simple cortina.
Finalmente está la obra de Javier Téllez, artista venezolano radicado en Nueva York. Sin duda la menos geométrica de todas, y a su vez la más política, lo cual no quiere decir que uno existe sin el otro. En el vídeo un grupo de pacientes de un hospital psiquiátrico de Tijuana realizan una marcha que termina en un acto de desafío a las fronteras nacionales. Su cierre y clímax consiste en un hombre bala volando en una trayectoria semicircular desde México a los Estados Unidos sobre el cerco fronterizo ubicado en la playa. Justamente este último semicírculo rebota, amplifica y distorsiona toda la otra abstracción geométrica contenida en las otras obras.
Nido o átomo. He aquí la estrella
COLECTIVA4 de septiembre al 10 de octubre de 2015
Sede Santiago
La exposición colectiva Nido y átomo. He aquí la estrella toma su nombre de un fragmento, en forma de X, de un poema de Vicente Huidobro. Verso y dibujo, concreto y anti-narrativo, de lo micro a lo macro, con un punto infinitamente pequeño al centro.
El proyecto de los artistas Margarita Azurdia, Jorge González, Ana María Millán, Felipe Mujica, Javier Téllez y Johanna Unzueta fue considerado desde un principio como un ejercicio de investigación, de aprendizaje, incluso de adivinanza, entorno y alrededor de la llamada abstracción geométrica latinoamericana. Si bien hay una historia conocida y más o menos oficial, esta busca explorar otras vertientes, desvíos, escapar de los lugares comunes. La rigurosidad formal puede ser complementada o cuestionada con imaginería animal, movimientos corporales o proclamas políticas y fiesteras.
Esta exposición tuvo una versión anterior llamada ‘A Rehearsal’ (Un ensayo) en la galería del International Studio and Curatorial Program de Nueva York (ISCP).
Es así como de Margarita Azurdia, artista guatemalteca que trabajó entre los años sesenta y noventa, se han seleccionado una serie de imágenes de registro de obra que se complementan con su presencia en las fotografías. El diaporama entonces pasa a ser un registro tanto de la evolución y maduración de su trabajo como de su persona. Siguiendo una trayectoria similar a la de Lygia Clark la obra de Azurdia parte de lo concreto más puro y termina en una obra disuelta, de acción, participativa y terapéutica.
En contraste Jorge González, de Puerto Rico, presenta la obra más ‘puramente minimal’ de la exposición. Un palo de madera de aproximadamente 3 metros de largo ha sido quemado y con el carbón de su cáscara se ha hecho un dibujo circular en un muro de la galería. Este gesto a lo ‘compás humano’ parece muy abstracto, sin embargo es una especie de puerta de entrada a la compleja obra de Jorge en la cual combina intereses de la historia del modernismo con estudios botánicos. Entremedio de esos dos mundos convive su fascinación por ciertas manualidades tradicionales, como gestos de autosuficiencia técnica y respeto a lo natural.
Un poco más extraño resulta la inclusión de una escultura de Ana María Millán, artista colombiana radicada en Berlín. Sobre una base de acrílico rojo transparente que recuerda a cierta estética Neo-Geo de los ochenta descansa una tortuga acuática de cerámica, a tamaño real y hecha a mano por la artista. Un choque simple y absurdo entre lo animal –y específicamente lo exótico– y lo geométrico concreto, pensando en ciertas esculturas públicas.
Otro gesto sensorialista son las esculturas y un vídeo proyectado de Johanna Unzueta. Sus esculturas de cañerías de fieltro ocupan el suelo, recorriendo, levantándose. Algo así como entre líneas y animales dialogantes. El vídeo es un traspaso de una corta filmación en 8 mm, donde en él se aprecia una mujer joven, vista desde arriba, que baila una coreografía con hula hoops. El ritmo, la simpleza y la elegancia en su coreografía nos entrega un círculo en constante movimiento.
Felipe Mujica presenta una cortina naranja, ubicada frente a una ventana para aumentar al máximo la saturación del color. Esta pieza, al borde de ser nada, ubica la pintura abstracta, geométrica y la historia del monocromo en el límite de lo doméstico, es color en el espacio y a la vez una simple cortina.
Finalmente está la obra de Javier Téllez, artista venezolano radicado en Nueva York. Sin duda la menos geométrica de todas, y a su vez la más política, lo cual no quiere decir que uno existe sin el otro. En el vídeo un grupo de pacientes de un hospital psiquiátrico de Tijuana realizan una marcha que termina en un acto de desafío a las fronteras nacionales. Su cierre y clímax consiste en un hombre bala volando en una trayectoria semicircular desde México a los Estados Unidos sobre el cerco fronterizo ubicado en la playa. Justamente este último semicírculo rebota, amplifica y distorsiona toda la otra abstracción geométrica contenida en las otras obras.
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COLECTIVA
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